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10 noviembre 2010

Todas las historias comienzan con érase una vez...

Todas las historias comienzan con "erase una vez". La nuestra solo pretende hablarnos de lo que fue una vez. Una vez fuiste pequeño y, puesto en pie, apenas alcanzabas la mano de tu madre. Te acuerdas? Si quisieras, podrías contar una historia que comenzase así: Erase una vez un niño o una niña..., y ese era yo. Y, una vez, fuiste también un bebé envuelto en pañales. No lo puedes recordar, pero lo sabes. Tu padre y tu madre fueron también pequeños una vez. Y también los abuelos. De eso hace mucho mas tiempo. Sin embargo, lo sabes. Decimos: son ancianos; pero también tuvieron abuelos y abuelas que pudieron decir del mismo modo: erase una vez. Y así continuamente, sin dejar de retroceder. Detrás de cada uno de esos "erase una vez" sigue habiendo siempre otro. Te has colocado en alguna ocasion entre dos espejos? Tienes que probarlo! Lo que en ellos ves son espejos y espejos, cada vez mas pequeños y borrosos, uno y otro y otro: pero ninguno es el ultimo. Incluso cuando ya no se ven mas, siguen cabiendo dentro otros espejos que están también detrás, como bien sabes.
Eso es, precisamente, lo que ocurre con el "erase una vez". Nos resulta imposible imaginar que acabe. El abuelo del abuelo del abuelo del abuelo... ¡que mareo! Pero vuelve a decirlo más despacio y, con el tiempo, lograrás concebirlo. Añade aún otro más. De ese modo llegamos a una época antigua y, luego, a otra antiquísima. Siempre más allá, como en los espejos. Pero sin dar nunca con el principio. Detrás de cada comienzo vuelve a haber siempre otro "érase una vez".
¡Es un agujero sin fondo! ¿Sientes vértigo al mirar hacia abajo? ¡Tambien yo! Por eso vamos a lanzar a ese profundo pozo un papel ardiendo. Caerá despacio, cada vez más hondo. Y al caer, iluminará la pared del pozo. ¿Lo ves aún allá abajo? Continúa hundiéndose; ha llegado ya tan lejos que parece una estrella minúscula en ese oscuro fondo; se hace más y más pequeño, y ya no lo vemos.
Así sucede con el recuerdo. Con él proyectamos una luz sobre el pasado. Al principio, iluminamos el nuestro; luego, preguntamos a personas mayores; a continuación buscamos cartas de individuos ya muertos. De ese modo vamos proyectando luz cada vez más atrás....


BREVE HISTORIA DEL MUNDO
ERNST H. GOMBRICH

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