A veces la vida llega a un perfecto y dulce equilibrio.
Las hojas apenas se mueven y su verde es tenue y fresco.
Una calma que no es completa, con cierta brisa que acompaña su danza y produce el sonido de arboles frondosos: fuertes y solidos, que se mueven para acompasar las nubes, las aves y las mariposas...
Ese el color de vida que me complace ver.
No hay comentarios:
Publicar un comentario