Te repente te invade ese dolor tan grande con ese sin sabor de remordimiento cruel y que perturba todo tu cuerpo...
Y buscas pretextos pero los exorcisas, y tratas mas fuerte pero no lo logras.
Derramas unas lágrimas,
Te aprietas como una corbata tus mejores intenciones.. Tragas grueso, con esperanza y coraje, y sigue siendo insuficiente.
Entonces tomas esa posición de ser mas fuerte, mas dictador y mas canalla y crees entonces que esta si es tu verdadera armadura...
Pero luego ves a los ojos de tu oponente y miras su alma, sin espejos, sin habladurias y sin corazas. Y entonces es cuando eres capaz de ser tu mismo otra vez, aceptando una debilidad, aceptando que diste paso a un momento de comodidad o lujuria que te llevo a decidir, a escoger, a hacer algo que te doleria mucho...
Pero que ya en definitiva has hecho!!
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