No todos los sueños son agradables. Algunas personas sufren pesadillas tales que pueden ser catalogadas entre las más aterradoras experiencias que puede experimentar un ser humano. Existen estudios que señalan que dos terceras partes de los sueños no son agradables. El miedo y la ansiedad son dos de los elementos que con mayor frecuencia se presentan en los sueños de la mayoría de las personas. Muchas veces un sueño perturbador, una imagen terrorífica en nuestros sueños tiene la capacidad de ser más fácilmente recordada que casi cualquier otra imagen. Muchas personas informan que continuamente les viene a la mente la imagen aterradora de un sueño que tuvieron la noche anterior o incluso dos o tres noches atrás.
Cuando tenemos un sueño desagradable o aterrador es natural que nos preguntemos por el significado del mismo y qué lo ocasionó. Sabemos que un sueño terrorífico puede ser el aviso de que algo anda mal, especialmente cuando el propio sueño o la temática del mismo se repite durante varias noches. Por otra parte eso no necesariamente quiere decir que estemos a punto de enfermarnos de gravedad o volvernos locos. Los sueños son una película, un drama que nuestra mente crea basándose en cómo nos sentimos ante las circunstancias de nuestra vida y nuestra respuesta a las mismas.
Por lo regular el público utiliza el término pesadilla para referirse a cualquier sueño desagradable. Ahora bien, para los investigadores este es un término poco preciso. Muchos por tanto utilizan los términos “sueños de ansiedad” y “terrores nocturnos”. Según esta clasificación las pesadillas verdaderas son sueños de ansiedad, es decir, sueños que nos despiertan en un estado de temor o angustia y que por lo general se dan en el período de sueño MOR. Las pesadillas usualmente nos presentan imágenes sumamente vívidas que se recuerdan fácilmente al despertarnos. En los Estados Unidos entre el cinco y el siete por ciento de la población se queja de tener un problema de pesadillas. Más mujeres que hombres se quejan de pesadillas. Como siempre hay quienes no se quejan y no acuden a buscar ayuda, se estima que el número de personas que padece de pesadillas debe ser considerablemente mayor. Las personas que sufren de pesadillas frecuentes también tienden a padecer de depresión e hipocondria y a utilizar alcohol, tabaco y tranquilizantes en mayor medida que las demás personas. Por otra parte, también se ha descubierto que las personas sensibles y retraídas tienen una mayor proporción de sueños desagradables y pesadillas que quienes poseen un carácter más fuerte. Hay un pequeño grupo de personas que padecen de pesadillas muy frecuentes.
En la mayor parte de los casos el estrés y la ansiedad son la causa inmediata de las pesadillas. Otros factores que pueden causar pesadillas son: enfermedades con fiebre, comer inmediatamente antes de acostarse, efectos secundarios de algunos medicamentos, consumo excesivo de alcohol y desórdenes del sueño tales como la apnea y la narcolepsia.
Contrario a las pesadillas, los terrores nocturnos se dan más bien durante las primeras dos horas de habernos quedado dormidos, al entrar en la cuarta etapa del sueño. En los terrores nocturnos la persona se despierta agitada o asustada pero casi nunca recuerda nada sobre el contenido del sueño. Al despertar comúnmente la persona presenta un estado de confusión. Este tipo de sueño es especialmente común en los niños de entre 8 y 10 años de edad y por lo general disminuye con la edad. Cuando se presentan en los adultos pueden ser aún más perturbadores que en el caso de los niños.
tomado de: http://www.suenos.saludparati.com
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