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01 abril 2010

La parte mala...

Cuando las familias se rompen:
mas que el afecto,
se pierden comodidades y beneficios.
Uno nunca vuelve a tener ese nido
que es la casa de los papás.
Uno nunca vuelve a recibir
los consentimientos,
los malcriamientos
a los caprichos de antes.
De alguna manera
creo que esta es una de las cosas
que dejan huellas sin ser consentidas
en aquellos hijos de familias rotas
y quedan a menudo en el aire
sin un lugar a donde ir
a la fija
al menos en las fechas más importantes.

1 comentario:

Liliana Gonzalez dijo...

Mona, que lindo este, aunque muy triste. Te quiero mucho!!